Cultivo del olivo y simbiosis con el ganado ovino
Cultivo en terrazas
Las plantaciones de olivos de la Serra de Tramuntana son muy irregulares, en las laderas con pendiente, formando las terrazas típicas de esta zona de Mallorca; por lo general no existen marcos de plantación, variando entre los 80 y 160 pies/ha.
La dificultad de acceso a las plantaciones de olivo de montaña condiciona las técnicas de cultivo que pueden utilizarse en las explotaciones. La productividad es menor que en los olivos de llanura, ya que el tratamiento de plagas, el aporte de material nutritivo al árbol, la recolección, etc. se hace más dificultoso en zonas abruptas.
El carácter poco accesible y prácticamente imposible de mecanizar de estas explotaciones hace que tradicionalmente las aceitunas se cosechen cuando se encuentran en un punto de maduración mayor que las aceitunas cosechadas en las zonas de llanura.
Este hecho da lugar a un aceite de características identificadas en el aceite de Monnaber Nou, como de tipo dulce, de sabor dulce y suave y con ausencia de los atributos de amargo y picante.
Simbiosis del olivar con el ganado ovino
Simultanear el cultivo del olivo con el ganado ovino es una práctica muy común en Mallorca. Tradicionalmente las explotaciones agrícolas se han complementado con la presencia de ganado ovino, puesto que se trata de un animal muy bien adaptado al clima y a las condiciones que ofrecen dichas explotaciones y que proporciona ventajas al cultivo del olivo. El ganado ovino tiene la doble función de eliminación de malas hierbas y aportación de abono orgánico, proporcionando un equilibrio nutritivo al árbol.
La integración de las explotaciones olivareras con el ganado ovino supone además beneficios de carácter ambiental y de preservación del ecosistema propio de Mallorca, ya que permite minimizar el uso de productos fitosanitarios y abonos, evitando la contaminación del medio, especialmente de las aguas subterráneas. Desde el punto de vista económico y social, la conjugación de la agricultura y la ganadería en una misma explotación supone una mayor estabilidad y rentabilidad de la explotación, favoreciendo así el mantenimiento de este tipo de actividad económica a lo largo del tiempo.